A la música de Howe Gelb se le acoplan con facilidad todas las imágenes de desiertos sofocantes y carreteras infinitas que queramos. Moteles donde no se cambian las sábanas y zumbido de ventiladores. Una garganta casi llena de polvo que lleva cantándole a las cosas de la vida desde mediados de los 70. Rock desértico, country reseco adornado con ocasionales extravagancias. Su carrera se esparce por decenas de grabaciones más o menos pulidas. Bien bajo el nombre de Giant Sand (formación absolutamente cambiante según la temporada), bajo el suyo propio o como The band of blacky ranchette, o Arizona amp and alternator, es el autor de multitud de discos siempre tocados por un fluir sombrío y desastrado. Raramente ha buscado un sonido pulido creado en estudio. Ya sea con una banda, un coro gospel o el simple apoyo de una guitarra acústica, Howe Gelb prefiere lo crudo a lo cocinado, un sonido vivo que deja sitio a las imperfecciones y a los hallazgos de sonido aleatorios.
Gelb es un destacado guitarrista y pianista. Esos son sus acompañamientos básicos cuando publica las excelentes demos caseras a las que nos tiene acostumbrados (Down home). Siempre ha elegido grabar a su modo y según le apeteciese en cada momento. Después de veinte años haciendo discos más bien difusos de oscuro country distorsionado, Chore of enchantment hizo cambiar su suerte y le dio reconocimiento. Más gente empezó a fijarse en su voz oxidada y en sus excéntricas grabaciones, con un gusto de rareza y clasicismo que van de la mano. Pero supongo que Giant sand o Howe Gelb son una referencia poco accesible para los que no sean ya devotos.
Es la cabeza visible de un modo de entender la música que incluiría a Calexico, Friends of dean martinez, M Ward y John Parish. Arizona, "aquí la piel se convierte en cuero", sirve de imaginario y lugar espacioso y calmado donde grabar. Ese gusto se extiende por todo lo que toca Howe Gelb formando un imaginario poderoso. Las músicas de Morriconne en los films de Sergio Leone sirvieron al mismo propósito.
Además de Chore of enchantment y de sus múltiples grabaciones caseras y desnudas, discos como The love songs pueden gustar a más de uno. Yo no le haría ningún asco a Sno Angel like you y su coro gospel en mitad del crepúsculo; Provisions o Is all over the map son otros caminos para acercarse poco a poco a Howe Gelb.
Un tipo que está convencido de que en américa sólo se hace buena música cuando gobiernan los repúblicanos (con Nixon nació Hendrix, con el demócrata Carter, la música disco y con el también demócrata Clinton explotó el hip-hop) y que encara sus conciertos sin un listado de temas, para que la cosa fluya y para ahuyentar el alzhéimer, merece ser escuchado. El cerebro oficial de la americana.
Gelb es un destacado guitarrista y pianista. Esos son sus acompañamientos básicos cuando publica las excelentes demos caseras a las que nos tiene acostumbrados (Down home). Siempre ha elegido grabar a su modo y según le apeteciese en cada momento. Después de veinte años haciendo discos más bien difusos de oscuro country distorsionado, Chore of enchantment hizo cambiar su suerte y le dio reconocimiento. Más gente empezó a fijarse en su voz oxidada y en sus excéntricas grabaciones, con un gusto de rareza y clasicismo que van de la mano. Pero supongo que Giant sand o Howe Gelb son una referencia poco accesible para los que no sean ya devotos.
Es la cabeza visible de un modo de entender la música que incluiría a Calexico, Friends of dean martinez, M Ward y John Parish. Arizona, "aquí la piel se convierte en cuero", sirve de imaginario y lugar espacioso y calmado donde grabar. Ese gusto se extiende por todo lo que toca Howe Gelb formando un imaginario poderoso. Las músicas de Morriconne en los films de Sergio Leone sirvieron al mismo propósito.
Además de Chore of enchantment y de sus múltiples grabaciones caseras y desnudas, discos como The love songs pueden gustar a más de uno. Yo no le haría ningún asco a Sno Angel like you y su coro gospel en mitad del crepúsculo; Provisions o Is all over the map son otros caminos para acercarse poco a poco a Howe Gelb.
Un tipo que está convencido de que en américa sólo se hace buena música cuando gobiernan los repúblicanos (con Nixon nació Hendrix, con el demócrata Carter, la música disco y con el también demócrata Clinton explotó el hip-hop) y que encara sus conciertos sin un listado de temas, para que la cosa fluya y para ahuyentar el alzhéimer, merece ser escuchado. El cerebro oficial de la americana.