lunes, 27 de abril de 2009

EPISODIO 35. THIS WILL DESTROY YOU.






Tarea complicada distinguir propuestas verdaderamente válidas de entre el aluvión increíble de bandas de rock instrumental. Esa cosa llamada post-rock, por entendernos, se ha convertido en el género más prolífico y expansivo (sus tentáculos han hecho que bandas stoner o metaleros confesados se desvíen visiblemente hacia unos postulados típicamente post-rock). El género parece tener escritas sus leyes elementales en piedra, como los mandamientos de Moisés; literalmente podemos encontrar miles de bandas, incipientes o ya en desarrollo, acogiéndose a estos mandatos. Me confieso un adicto del género y me es muy fácil disfrutar incluso de grabaciones que racionalmente yo mismo calificaría de aburridas, poco o nada creativas, tostones post-rock perpetrados por chicos con efectos caros y melodías trilladísimas y previsibles que se acaban de leer el manual postrockero de conducir. Reconozco que hay mucho de esto último en el estilo. Luego le colocamos un paisaje de tendidos eléctricos o carreteras en la llanura y ya tenemos portada. Otro disco post-rock para la picadora.

Lo cierto es que tal abundancia de bandas ha producido sus diamantes inevitablemente. The evpatoria report, God is an astronaut, Caspian, Saxon Shore, The american dollar, Tracer amc...por no hablar de Explosions in the sky, Mono, Gregor samsa, o los desgastados Mogwai.



Por elegir un camino propio y no limitarse a los trucos obvios del género y por crear auténticos pasajes de emocionalidad densa, hoy me gustaría entresacar de la lista a This will destroy you. Con tan sólo un lp, denominado como la banda, (además han grabado un notable ep en colaboración con Lymbyc Systym y una demo que acabó convirtiéndose en su aplaudido ep de debut, Young mountain), This will destroy you ya han demostrado su capacidad de trascender a la pesada etiqueta.
Young mountain es una presentación sorprendente de sus intenciones, más tratándose de una demo. Desde el primer corte se advierten las ganas de hacer música intensa y emocionante, mucho más que las ganas de hacer un disco de post-rock (lo que a mi modo de ver hace menos interesantes muchos discos). No cogen un dibujo de notas y repiten y repiten...y luego crece la distorsión, y luego el batería pasa a darle más fuerte a la copa,... y luego explotamos hasta atronar (y ya he dicho que soy adicto a la fórmula, qué le voy a hacer). This will destroy you presentan evolución frente a repetición. Nuevas líneas de melodía entran y la canción toma otro rumbo, no necesariamente hacia la explosión.




El album confirmó expectativas. Tan sólo la canción que lo cierra, Burial on the presidio banks, parece post-rock de academia. Por lo demás, su música es rica y compleja; retan al oyente y evitan constantemente caer en el camino obvio. El inicio del disco aún me resulta sobrecogedor y desde ahí consiguen redondear una magnífica grabación, tensa, hermosa y pletórica. La electrónica es palpable en bastantes de los temas, ritmos, chisporroteos, sampleados que actúan como un elemento justamente acoplado con el resto, no como una excentricidad metida con calzador.
No tratan de crear masivos crecendos en cada canción, lo cual es de agradecer. Invitan a la paciencia en temas no excesivamente largos; son meditativos, profusos en atmósfera. Las adicciones electrónicas casan perfectamente con capas de neblina de ruído controlado.





El motor tras las canciones es revitalizante para el oyente. Como es marca de la casa en un género casi cinematográfico, la música de This will destroy you anima a crear fácilmente imágenes, pero, por intentar ponerlo en palabras, no tendríamos árboles moribundos y luz otoñal, recreación mejor o peor conseguida de paisajes de tristeza congeladora: This will destroy you tiran hacia la reafirmación emocional, el día se abre y la energía rompe sobre las montañas. Pocas bandas del batallón del rock instrumental consiguen esa riqueza melódica e invitan tan delicadamente a sumergirse en una música retadora, hermosa, poderosamente cinematográfica. El oyente está en el centro y él coloca las palabras, si se las quiere colocar, y a él le corresponde crear las inevitables imágenes que la música va a disparar. Calman, consuelan y dan pequeños empujones de esperanza. Cuando aprietan, aprietan sólo un poquito y vuelve la calma.
Una trayectoria que merece la pena seguir.

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